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UNA FOTO DE LA

SITUACIÓN DEL ABORTO

EN AMÉRICA LATINA

UNA FOTO DE LA SITUACIÓN DEL ABORTO EN  AMÉRICA LATINA

Es una campaña que busca motivar la empatía, resaltando las historias de mujeres que no han podido acceder a un aborto y que ni siquiera pueden hablar del tema abiertamente. También quiere evidenciar cómo el acceso a servicios de salud está directamente relacionado con el estado de la democracia de cada país.

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ALGUNOS TESTIMONIOS

Laura conoció a Juan en una clase de la universidad. Al poco tiempo comenzaron a hablar, a chatear por el celular y finalmente pusieron fecha para una cita. Luego de cenar fueron a la casa de Juan y cuando Laura se negó a tener sexo Juan la agredió físicamente y la violó.  “Aquí si me quedo corta de palabras porque no es fácil describir cómo me sentía después: era una mezcla entre tristeza y rabia, entre sueño  y cansancio, entre dolor y náuseas. Al menos por una semana no salí del apartamento, me veía al espejo y sentía lástima por mí. Solo puedo recordar un cuerpo hueco: sin alma y sin sentimientos porque me los habían robado. Producto de esa violación quedé embarazada, y aunque dentro de mi plan de vida siempre ha estado tener hijos, no iba a ser así, no de esa manera, no con esos recuerdos.”
Laura

Laura conoció a Juan en una clase de la universidad. Al poco tiempo comenzaron a hablar, a chatear por el celular y finalmente pusieron fecha para una cita. Luego de cenar fueron a la casa de Juan y cuando Laura se negó a tener sexo Juan la agredió físicamente y la violó.

“Aquí si me quedo corta de palabras porque no es fácil describir cómo me sentía después: era una mezcla entre tristeza y rabia, entre sueño y cansancio, entre dolor y náuseas. Al menos por una semana no salí del apartamento, me veía al espejo y sentía lástima por mí. Solo puedo recordar un cuerpo hueco: sin alma y sin sentimientos porque me los habían robado. Producto de esa violación quedé embarazada, y aunque dentro de mi plan de vida siempre ha estado tener hijos, no iba a ser así, no de esa manera, no con esos recuerdos.”

Salía con él cuando quedé embarazada. Yo tenía 20 años, estaba en la universidad. Al inicio no tenía con quién hablar ni a quién acudir. Me sentía juzgada por mis amigas y las personas cercanas. Cuando se lo comenté a él, se alejó. Me quedé completamente sola.  A pesar del miedo sabía que tenía que pedir ayuda. Pasaron los días y me acordé de que tenía una profe que me daba confianza. Esperé el momento oportuno y le comenté lo que estaba viviendo. Lo primero que ella me dijo fue que no dejara mis estudios. Me entendió. Eso me dio esperanza, me hizo sentir fuerte. Ella buscó toda la información necesaria para que saliera bien. Tuve la suerte de poder acceder a una interrupción segura con pastillas y tuve la suerte de tenerla a ella. Fue gracias a ella que me gradué y que pude seguir adelante con mi vida.
Patricia

Salía con él cuando quedé embarazada. Yo tenía 20 años, estaba en la universidad. Al inicio no tenía con quién hablar ni a quién acudir. Me sentía juzgada por mis amigas y las personas cercanas. Cuando se lo comenté a él, se alejó. Me quedé completamente sola.

A pesar del miedo sabía que tenía que pedir ayuda. Pasaron los días y me acordé de que tenía una profe que me daba confianza. Esperé el momento oportuno y le comenté lo que estaba viviendo. Lo primero que ella me dijo fue que no dejara mis estudios. Me entendió. Eso me dio esperanza, me hizo sentir fuerte. Ella buscó toda la información necesaria para que saliera bien. Tuve la suerte de poder acceder a una interrupción segura con pastillas y tuve la suerte de tenerla a ella. Fue gracias a ella que me gradué y que pude seguir adelante con mi vida.

Yo soy muy consciente de la situación económica en la cual nos encontramos y más aún, ya estando en mi último año de universidad, no iba a permitirme interrumpir mi plan de vida ante un embarazo que no quería. Yo hice el proceso. Contenía aproximadamente 12 semanas. Era una sensación inexplicable, en verdad, pero sentí un alivio tal que no sé cómo explicarlo con palabras, pero culpa no sentí. Estuve acompañada por mi mejor amiga. Ni bien le dije que había tomado decisión no me juzgó sino lo primero que fue a buscar todas las redes de apoyo que tuviera a la mano. No tuve ninguna complicación médica cuando hice el proceso. Al contrario, me informé, vi los videos, me pasaron muchos manuales.   Considero que la decisión que tomé fue la más adecuada.
Viviana

Yo soy muy consciente de la situación económica en la cual nos encontramos y más aún, ya estando en mi último año de universidad, no iba a permitirme interrumpir mi plan de vida ante un embarazo que no quería. Yo hice el proceso. Contenía aproximadamente 12 semanas. Era una sensación inexplicable, en verdad, pero sentí un alivio tal que no sé cómo explicarlo con palabras, pero culpa no sentí.

Estuve acompañada por mi mejor amiga. Ni bien le dije que había tomado decisión no me juzgó sino lo primero que fue a buscar todas las redes de apoyo que tuviera a la mano. No tuve ninguna complicación médica cuando hice el proceso. Al contrario, me informé, vi los videos, me pasaron muchos manuales.

Considero que la decisión que tomé fue la más adecuada.

Fue hace aproximadamente un año. Estaba a mitad de mis estudios de maestría y me había mudado a Chiapas. A los pocos días de llegar comencé a ser consciente de que algo en mí estaba raro y me hice una prueba de embarazo.  Positiva. 5 semanas exactamente. Al primero que le escribí fue a mi pareja, con quien recién había comenzado. También le conté a mi hermana, pero su reacción no fue buena y decidí no contarle a nadie más de mi familia. Finalmente fue mi amiga quien me ayudó. Ella estaba en contacto con algunos grupos de mujeres. Ella me preguntó por primera vez qué era lo que yo quería y lo que no quería hacer.  Mi decisión de interrumpir mi embarazo fue esa. Mi inseguridad, mi inestabilidad económica, mi inseguridad generalizada. Aunque tenía una relación de pareja estable, hay otras estabilidades que se requieren al momento de pensar en continuar un embarazo.
Dayana

Fue hace aproximadamente un año. Estaba a mitad de mis estudios de maestría y me había mudado a Chiapas. A los pocos días de llegar comencé a ser consciente de que algo en mí estaba raro y me hice una prueba de embarazo.

Positiva. 5 semanas exactamente. Al primero que le escribí fue a mi pareja, con quien recién había comenzado. También le conté a mi hermana, pero su reacción no fue buena y decidí no contarle a nadie más de mi familia. Finalmente fue mi amiga quien me ayudó. Ella estaba en contacto con algunos grupos de mujeres. Ella me preguntó por primera vez qué era lo que yo quería y lo que no quería hacer.

Mi decisión de interrumpir mi embarazo fue esa. Mi inseguridad, mi inestabilidad económica, mi inseguridad generalizada. Aunque tenía una relación de pareja estable, hay otras estabilidades que se requieren al momento de pensar en continuar un embarazo.