Debido a las diferencias en el acceso al aborto en los países de América Latina, muchas mujeres no tienen la opción de exigir este derecho ni de hablar de ello. Por ello, creamos una alternativa para dar una voz a esas mujeres a quienes se les niega el acceso a este derecho o que podrían ser criminalizadas por dar su opinión. Usamos la inteligencia artificial para evidenciar la falta de espacios en los que las mujeres puedan exigir sus derechos en América Latina.
El concepto se ancla en reconocer como un primer paso importante el que las mujeres y las personas con capacidad de gestar puedan exigir y hablar sobre sus derechos para que se creen las condiciones en las que puedan vivirlos plenamente.
La campaña quiere motivar la empatía, resaltando las historias de mujeres que no han podido acceder a un aborto y que ni siquiera pueden hablar del tema abiertamente. También quiere evidenciar cómo el acceso a servicios de salud está directamente relacionado con el estado de la democracia de cada país.
La campaña apunta a llegar a la mayor cantidad de gente posible a través de mensajes positivos y propositivos, mientras que muestra datos concretos e impactantes sobre la realidad del aborto en la región.